El castillo

Historia

Implantado en el centro histórico de Nantes, el Castillo de los duques de Bretaña es el monumento estrella de su patrimonio urbano, el más antiguo junto con la Catedral San Pedro.

Fue edificado a finales del siglo XV por Francisco II, último duque de Bretaña, y continuado por su hija, Ana de Bretaña, quien fuera dos veces reina de Francia. Un castillo con seis siglos de historia, que alberga un palacio residencial de fachadas refinadas y logias de espíritu renacentista. Los recientes descubrimientos arqueológicos, históricos y arquitectónicos permiten abordar la historia de este monumento desde una perspectiva diferente. En pleno barrio medieval de Nantes, su patio, sus murallas y sus fosos permanecen accesibles al público. Se trata de una auténtica plaza pública, donde disfrutar de un momento de esparcimiento o de eventos culturales destacados.

Erigido en el siglo XIII en la muralla galorromana –aún visible– de la ciudad de los namnetas, el primer castillo ducal desaparecerá en el siglo XV para dar paso al monumento actual. Este es obra de Francisco II, último duque de la Bretaña independiente, quien se propuso convertir el Castillo de los Duques de Bretaña en una fortaleza militar defensiva ante el poder real y en el lugar de residencia principal de la corte ducal. Su hija, la duquesa Ana de Bretaña, dos veces reina de Francia por sus matrimonios sucesivos con Carlos VIII y Luis XII, continuará las reformas, como lo demuestran las diferentes decoraciones esculpidas (buhardillas del «Grand Logis», escudo de armas, logias de la torre de la Corona de Oro) marcadas por las tempranas influencias del Renacimiento italiano. Tras la anexión de Bretaña a Francia en 1532, el Castillo de los Duques de Bretaña se convierte en la residencia bretona de los reyes de Francia en los siglos XVI y XVII, y más tarde, en cuartel, arsenal militar y prisión. Durante tres siglos sufre diversas transformaciones y deterioros: fortificaciones, incendio en 1670, construcción del edificio denominado «Harnachement» para el almacenamiento del material de artillería, explosión en 1800… Declarado Monumento Histórico en 1862, en 1915 el Estado lo cede a la Ciudad de Nantes, antes de albergar, a partir de 1924, varios museos municipales. Durante la Segunda Guerra Mundial, las tropas alemanas de ocupación construirán un búnker en el patio. La década de 1990 se dedicó a la restauración de la torre de los Jacobinos, las fachadas del «Grand Gouvernement» (s. XV/XVII) y la torre de la Corona de Oro (s. XV). El edificio del «Harnachement» (s. XVIII), rehabilitado en 1997, se destina a exposiciones temporales.

Durante los años 2000 se restauraron las fachadas de toba blanca del «Grand Logis» (s. XV), las partes más antiguas y destacadas del edificio, que emparentan el Castillo de los Duques de Bretaña con los castillos del Loira. Se restituyeron el campanil y las agujas encima de la torre de la Corona de Oro y se reacondicionó el interior de toda la residencia ducal para la instalación del museo. Tras quince años de obras y casi tres de cierre total, el castillo reabrió sus puertas en 2007, albergando desde entonces el Museo de Historia de Nantes. Nunca antes había sido objeto de una restauración global.